Conocer al hombre dentro del héroe puede ser una tarea difícil, sobre todo si nos acostumbramos a calificativos como honesto, valiente o decidido, para designar a una actitud de vida. Pero la parte humana sencillamente no cabe en calificativos al tratar de describir a esos hombres que conforman la historia de la patria toda. Ofrecemos hoy sencillas razones para seguir reseñando a camilo El señor de la vanguardia, Camilo Cienfuegos Gorriarán nació en la Habana el seis de febrero de mil novecientos treinta y dos. Un niño que con los años se convirtió en una de las personalidades más significativas de la Revolución Cubana. Podríamos decirlo sin temor a equivocaciones, a la misma altura que nuestro Antonio Maceo, el Che Guevara, Juan Almeida o Fidel. A este hombre incalculable en su estatura se le considera fundador del Ejército Rebelde y uno de sus jefes principales en la Guerra de Liberación Nacional contra la dictadura de Batista. Lo conocemos con muchos sobrenombres: "El Comand...
Y vi la gente, sus casas de tablas de palma, el agua acarreada por los bueyes enyugados todavía, el camino limpio y barrido con escobas de palma, el polvo blanco pegado a los zapatos, la gente riendo bajo el sol, esperando más, esperando siempre. Y escuché la palabra del hombre y la mujer, con los dolores antiguos e irresueltos, la queja inocente del niño que desea volver a las aulas, el ansia de camino y de agua y de luz y de pozos. Y observé los promontorios con consignas lanzadas desde la humildad sobre atajanegros y comprobé la nítida fe que sostiene nuestros días.
Yo me prometí no escribir sobre todo lo que pasé en el infierno, pero no puedo dejar de hacerlo. Estuve ingresada en un hospital con mi madre enferma de covid y yo también lo tuve. No sé si me contagié junto a ella porque mi pcr dio negativo o fue en la manipulación de sus necesidades o si fue en el propio centro médico. La verdad es que tuve por necesidad que pasarlo como si no lo tuviese porque mi mami estaba muy mal. Catorce días o quince, no sé decirlo con exactitud, los días no importan, de agonía y espera, en los que vi de todo, desde la negligencia para atender pacientes hasta la belleza inmensa de otros profesionales de la salud que hacían hasta lo imposible por salvar vidas. Vi además la entrega de los mensajeros y personal de limpieza, gente a la que no se aplaude ni se menciona y que sin embargo, llevan aliento a enfermos y acompañantes, son la familia extendida que te habla con cariño y te da fuerzas en medio de tanta incertidumbre. Vi a mi madre casi sin vida, tuve que r...
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