El amor en los tiempos del ébola

Parafraseándolo, así, utilizando esas palabras que recuerdan una de las mejores novelas en la historia de la literatura. Hoy pienso, el ébola es como la muerte, rápida y letal, no se parece al amor, no lo alcanza. El amor dista, el amor suda, te llena de saliva, se conquista con fluidos y definitivamente esa advenediza nada quiere saber del tema. En este minuto tengo sueño y amo en los tiempos del ébola y me alegro de vivir en Cuba con los mosquitos y el dengue y el chikungunya y todas las dificultades. El amor que no se parece al ébola termina cediendo al encanto del transporte del ferroviario. Hace algún tiempo publiqué un poema titulado “De los trenes, sus estremecimientos y la química” hoy lo regalo nuevamente. Primero porque amo intensamente, segundo porque ratifiqué que es verdad y tercero porque el amor sentencia ser un viajero, mira que cosa, prefiere los trenes que morirse reventado, prefiere estremecerse a no dar su saliva y su sudor. Espero que lo disfruten. De los tr...