Belkis Ayón desciende las escaleras del cuerpo de Eduard Encina



Como un fruto de oscuridad y dulzura
así estaba llena de su gran muerte,
tan nueva que ella nada comprendía
RILKE
A  dónde iremos cuando las palabras
 pierdan esa música veloz que las oprime
y el pájaro sea la misma reiteración del ojo
el mismo dolor del ojo en la mano
que desangra el cuerpo de la isla.
Belkis Ayón es una mujer que vuelve
en las tardes de mayo cuando el agua borra
la ciudad vacía
sacude los senos para que escapen
esos seres desnudos y también vacíos que habitan
en una mujer que vuelve
en todo caso la promesa no será volver
ni sacarnos el susto la preñez del silencio
en todo caso será asumir el ojo indescifrable
la eterna mirada de las cosas perdidas.
A dónde iremos si el camino es una farsa
Una prolongación servil de la impotencia
Belkis Ayón desciende las escaleras del cuerpo
Calcada amanece en el papel con la sonrisa de cuando era feliz
Con todo y sus grises
Ahora nadie podrá detenerla
Nadie puede detener a una mujer que vuelve
Los ojos la persiguen  la confunden
Frida Kahlo Mata Hari Andreas Salomé no importa
El cuerpo es un ojo una escalera interminable.


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