De los trenes, sus estremecimientos y la química.
Igual a un tren que pasa,
al aire que empuja y
arrasa con estos deseos,
como los cinco metros
angustiosos que nos separan,
la guerra que es este duelo,
la prudencia que me detiene
y el deseo que me empuja, es
así.
Una carrera loca de las
hormonas y del hambre del cuerpo
Pura química, amor, ecuación
soluble pero con la condición exacta de ser inversamente proporcional
Lo que te dé en versos me lo
darás en saliva,
lo que me des de agonía te lo regresaré en felaciones,
los orgasmos que me
arranques le costarán a tu espalda
Todo te lo devolveré en pura
química mientras dure el paso de ese tren que mueve las piedras
mientras sea esta sacudida,
el silbido estremecedor que lo anuncia,
el metal que lo sostiene y
el sonido de su paso.
Todo podrá suceder
mientras no sea una visión lejana rodando por
la línea,
aullando en el horizonte.
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