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Mostrando entradas de 2018

Mi soledad tiene 100 años

De pequeña siempre fui una niña sola. Rodeada de gente, de la abuela que cosía con nostalgia, del hermano que desarmaba los carritos para descubrir de qué extraña materia estaban hechos, de mi madre que tejía y destejía sus manteles, esperando un amor que nunca volvió. La esencia es que en medio de todo me arrullaba la soledad. A veces me paraba en la puerta de la casa del tío, en las perdidas lomas de Palmarito de Bueicito y contemplaba el palmar, la vista se perdía en el horizonte confundida con las lomas, era entonces cuando las tojosas comenzaban su ulular, entre dos luces, anunciando la llegada de la noche. Muy pocas cosas recuerdo de los juegos, ni de las muchachas, era la rara del aula, con mis motonetas y mis blusas blanquísimas de no jugar en el receso y nada de novios, eso era caca. La vida me puso un accidente, caí desafortunadamente de un segundo piso y mi columna lo sintió. Ya en Santiago de Cuba, madre y yo desandábamos por los pasillos, consultas y más c...

De cómo matar un deseo.

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Voy  a doblegar la carne. Otra vez. A lacerarme a  cortar en pedazos los deseos.     Seré condenada por homicidio seguramente, alevosía de enterrar esos restos dispersos  donde el alma no los encuentre. Esconderlos de mí    de mis ganas De estas inmensas ganas de amar que nunca me abandonan.

La conga

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Con esta proximidad de las fiestas caranavalescas en Santiago de Cuba y el ambiente que se mueve, rozaremos hoy la sabrosísima conga, un género bailable y cantable, donde se destaca la alegría, el ritmo y el sabor de la música.   Estas fiestas, de origen africano, se realizaban en las ocasiones en que las autoridades permitían ciertas distracciones a los esclavos: en la festividad del Hábeas, los domingos y principalmente el Día de Reyes. Era un suceso musical y social que llenaba de alegría las ciudades, subordinándose los cantos, toques de tambor y las fabulosas coreografías, en un jolgorio contrastante con los bailes de salón que la burguesía generaba para su disfrute y aún con los llamados bailes de cuna, donde se mezclaban diversos estratos y grupos sociales. A tantos años aún la gente siente la alegría y baila con ese toque inconfundible de las tumbas y la corneta china. Santiago aguarda, Santiago arde con la conga.

El tango

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Para hablar de Buenos Aires y sus tradiciones, de forma obligada hay que mencionar el tango. Como sabemos es un género musical y una danza al mismo tiempo, es característico de la región del Río de la Plata y su zona de influencia, mucho más en Buenos Aires, Argentina y Montevideo, Uruguay. Distintas investigaciones señalan seis estilos musicales principales que dejaron su impronta en el tango: la habanera cubana, el candombe, el tango andaluz, la milonga, la mazurca y la polka europea. El tango revolucionó el baile popular introduciendo una danza sensual con pareja abrazada que propone una profunda relación emocional de cada persona con su propio cuerpo y de los cuerpos de los bailarines entre sí. Refiriéndose a esa relación, Enrique Santos Discépolo, uno de sus máximos poetas, definió al tango como «un pensamiento triste que se baila». Muchas de las letras de sus canciones están escritas en un argot local rioplatense llamado lunfardo y suelen expresar las emociones y tris...

Un poco más de los pregones

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Es común levantarnos con los anuncios de ventas cerca de nuestros hogares, los pregoneros se asoman, con su pan calientico, su cebollón, sus palitos de tender, de todo para resolver nuestros problemas de casa. Eso me hizo pensar en cómo comenzó esta costumbre y aquí va lo que encontré. Dicen los estudiosos que son el resultado del anuncio de servicios y productos al público. Era una herramienta necesaria entre los comerciantes ambulantes, que así anunciaban su paso y la mercancía de la que disponían. Así el pregonero tuvo su auge al final del siglo diecinueve y comienzos del siglo veinte, para ir desapareciendo de las ciudades poco a poco. En Cuba el pregón adquiere perfiles propios. Cada vendedor de acuerdo con su imaginación y su musicalidad puede improvisar pregones de mayor o menor virtuosismo. No hay uno solo de esos comerciantes que no tenga su pregón de empuje, peculiar con el que reclama la acogida a su mercancía. Anunciar a viva voz lo que se quiere vender fue y e...