Menocal
Menocal, el pintor mambí, contaba que en la manigua los días eran difíciles, pero que no se podía dejar de luchar. Entre las historias que contaba, estaba la del huevo que encontró un soldado de la tropa de Máximo Gómez y de cómo se lo llevó al Viejo, al Generalísimo, para que comiera algo y este lo rechazó: o comían todos o ninguno. Curioso y loco, hirvieron un huevo para tantos y de él comieron todos.
Armando José Isabel García Menocal se graduó en la Academia de San Alejandro y luego fue enviado a España para dar los toques finales a un talento avizorado por muchos. Cuando regresó le otorgaron la cátedra de Paisaje en San Alejandro y comenzó a pintar retratos personales. De él Julián del Casal escribió: “Bajo el dominio de su pincel, el raso espejea, la seda cruje, el encaje es más vaporoso, la flor ostenta invisibles matices y las piedras preciosas arrojan vivísimos fulgores”.
No se sabe con qué grado exacto terminó la guerra, lo conocido llega hasta Comandante. Cuentan que cuando acababan las batallas guardaba el fusil y tomaba el pincel, listo para eternizar el hombre, su
lucha su vida. Murió el 28 de septiembre de 1942.
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