De Silicona y otros adioses
Llueve como nunca, puertas adentro, la madera cruje de tanta humedad. Llueve y no sé hoy si escribir o lamer las gotas que se escurren. Pero lo cierto es que todo se mueve, nada se queda quieto y las vibras se acumulan en las esquinas de este corazón que vuelve a andar a pesar del tiempo, a pesar de las caídas y de a poco LUC DUC de a poco LUC DUC y lo dormido despierta y lo escaso se agolpa en mi rostro y mi cuerpo lo percibe. He encontrado un libro de Sabina, sonetos irreverentes que me fueron dados por las entrañas y compartiré uno, solo para dejarlo en claro, solo para enviar el mensaje necesario al mundo, sea dicho lo que se debe:
Silicona
Ni imploro tu perdón, ni te perdono,
ni te guardo rencor, ni te respeto,
si tardo en devolverte el abandono
repróchaselo al tono del soneto.
Rompe la veda, ensánchate, respira,
falsa moneda mancha a quien la acuña,
las heces de un amor, que era mentira,
no merecen el luto de una uña.
Ni sembraré de minas tu camino,
ni comulgo con ruedas de molino,
ni cambio mi mar brava por tu calma.
El matasano que esculpió tus tetas,
de propina, lo sé por mis tarjetas,
te alicató con silicona el alma.
Silicona
Ni imploro tu perdón, ni te perdono,
ni te guardo rencor, ni te respeto,
si tardo en devolverte el abandono
repróchaselo al tono del soneto.
Rompe la veda, ensánchate, respira,
falsa moneda mancha a quien la acuña,
las heces de un amor, que era mentira,
no merecen el luto de una uña.
Ni sembraré de minas tu camino,
ni comulgo con ruedas de molino,
ni cambio mi mar brava por tu calma.
El matasano que esculpió tus tetas,
de propina, lo sé por mis tarjetas,
te alicató con silicona el alma.
Comentarios
Publicar un comentario