Hay locuras que no vale la pena curar

 Hace mucho tiempo escribí un pequeño artículo, otro intento de retratar a la gente de Alto Songo. Los protagonistas eran los locos, esos eternos idos de mente que se nos aparecen en cualquier esquina y recordamos por sus dicharachos, frases o comportamientos específicos.
Hoy revisito el tema para encontrarlos nuevamente, la memoria debe ser preservada. Uno de ellos era Charles, dicen que siempre se sacaba su hombría y que las muchachitas corrían como locas. Él llamaba a su miembro el chimpán colorao y lo mostraba orgulloso mientras ellas corrían despavoridas por el huerto de la escuela.
Otra era Pabín, lo que podría calificarse como una loca etérea. Contaba sobre su amor imaginario, un amante que venía volando, la llevaba a pasear y le hacía el amor, también en el aire. Esta debió ser, sin dudas, una locura maravillosa.
No debe dejar de mencionarse a Charo Domínguez Téllez, hermana de nuestro querido Miguel, personalidad insigne del territorio. Estaba tan obsesionada con la limpieza de las calles, que recogía toda la basura que encontraba por ahí, en su caminar y la guardaba en su cuarto. Así todo estaba más limpio en su pueblo. Charo era hermosa y la suciedad de sus batas contrastaba con su gracia, asomaba huecos y todo lo demás que no debe enseñarse estaba a la vista.
También estaba Ataja, alto y fuerte, rodaba una carretilla llena de cosas inimaginables. Era enamoradizo y en cuanto veía a alguna muchacha de su agrado le decía: ¨Oye, atiende al hombre que está enamorao de ti. Te pone casa, carro y te pega un huevo.
Pero entre todos, mi preferido es Caballín. Era amable, alto y dicen que se volvió loco porque se fundió, así dicen, por las matemáticas. Cantaba tangos, de hecho, muchas veces interpretó junto a otros no tan locos como Mané, Arsenito y el resto de bohemios fascinados por la música del sur.
Caballín era conocido por el temblor en las manos, juntos siempre índice y del medio en su mano derecha donde sostenía un cigarrillo a veces imaginario, a veces de verdad. Lo singular es que invitaba a las muchachas a tener sexo, con las más duras palabras. Muchas corrían a la otra acera al verlo.
Dejé de verlo cuando estudiaba en el Pedagógico, pero cierta vez, en uno de mis rápidos regresos lo encontré frente al parque. Al verme, con una lucidez que me pareció real, me dijo: Mi amiga, no te veo ¿te fuiste de Songo? Le contesté que sí, que me había casado y vivía en Santiago y enseguida me contestó: Ah, entonces tú también estás echando una…. Tampoco ahora me atrevo a escribir el resto.
Hoy quizás la más famosa es  María, la llaman la del barrio, por la canción de Fabré. No usa zapatos, los lleva en las manos y pide un peso a todo el que se le acerca para comprar cigarros.
No se peina, no se baña y famosas son las lloraderas que forma cuando una vecina, no sé cada que tiempo, la pela y la baña. Tampoco casi nadie nota lo bien que le quedan los vestidos a ese cuerpo viejo y maltratado, pero tan elegante.
Nunca sabemos lo que piensan en verdad. No sabemos si serán tan locos o si seremos nosotros los dueños de tanta realidad abrumadora que nos marca la diferencia con estos seres llenos de otra realidad, menos penosa y de los que nos burlamos en ocasiones de manera lastimosa.
Termino como la primera vez, con la letra de Silvio, quien dijo en una de sus canciones: …Hay locuras que son poesía, hay locuras de un raro lugar, hay locuras sin nombre, sin fecha, que no vale la pena curar.

Observación importante: no tengo fotos de los personajes, por favor se aceptan colaboraciones, gracias.

Comentarios

  1. Me gusta tu poesía pero la prosa se te da muy bien. Qué bueno tenerte como amiga. Abrazos

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  2. Me encantó esta crónica. Recordé a los "locos" de mi pueblo,Güira de Melena, en la antigua provincia de La Habana. Un día escribiré sobre ellos, siguiendo tu ejemplo. Al final, ellos terminan formando parte del imaginario colectivo. Gracias por acercarte a estas personas que lamentablemente no tienen límites en sus comportamientos.

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  3. Me encantó tu crónica y me acordé de Peruchín, el del Aguacate que decía que iba a hacer un avión y creo se tiró de una mata. Tiene otras historias que de niña escuchaba y ahora no recuerdo.

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